Los beneficios de la meditación
La meditación es, simplemente, ejercitar la mente para obtener el control sobre ella, ser capaz de vaciarla de pensamientos superfluos para alcanzar una meta concreta, ya sea la de enfocarla hacia una sola tarea para realizarla con eficacia o lograr la conexión con nuestro ser para comprender internamente quienes somos. La más famosa de las formas de meditación conocidas actualmente es la meditación japonesa o Zen. La palabra zen es una derivación japonesa del Chan chino, que a su vez procede de la Dhyana sánscrita, que significa meditación. Bodhidharma, que llegó a China desde la India en el siglo 5 DC, fundó Chan como una escuela de Mahayana (Gran vehículo) budista. De allí, viajó al sur a Vietnam (Thien), y al este a Corea (Seon) y Japón (Zen). Mientras el budismo llegó a Japón durante el siglo ocho, el zen fue introducido como una escuela separada alrededor de 1185 durante el período de Kamakura.
El mundo de la meditación es bastante extenso, existen diferentes escuelas y técnicas derivadas que se adaptan a las diferentes necesidades, condiciones y niveles del practicante. A continuación os vamos a hablar de tres de las más conocidas y practicadas en todo el mundo.
Meditación Zen (Zazen)
Es quizá la forma de meditación más habitual y más adecuada para iniciarse en esta práctica. Zazen significa “Zen sentado” o “meditación sentada” en japonés. Se practica generalmente sentado en el suelo sobre una colchoneta y un cojín, con las piernas cruzadas, siendo esencial mantener la espalda recta desde la pelvis hasta el cuello. Es importante centrarse en la respiración, poner toda la atención en el movimiento de la respiración saliendo y entrando a través de la nariz.
Mindfulness
El objetivo de esta práctica es centrarse intencionadamente en el momento presente, aceptando y no juzgando, prestando atención a las sensaciones, pensamientos y emociones que surgen; es lo que se llama “atención plena”. El esfuerzo es no agregar nada intencionalmente a nuestra experiencia presente, sino ser conscientes únicamente de lo que está pasando. Se intenta también integrar esta atención plena durante nuestras actividades diarias: comer, caminar, conversar, prestando atención a lo que está sucediendo en el momento sin vivir en “modo automático”. En este sentido, el mindfulness quizá es la disciplina de meditación que más llega al gran público, debido a la gran utilidad práctica que puede tener en la vida diaria.
Meditación con mantras
Un mantra no es otra cosa que una palabra, generalmente sin ningún significado particular, que se repite con el propósito de enfocar tu mente. Como la mayoría de las meditaciones, se practica sentado, con la columna vertebral erguida y los ojos cerrados, mientras se repite el mantra durante toda la sesión. Esto puede hacerse de dos maneras: repitiendo el mantra en la mente, en silencio y coordinándolo con la respiración, o bien susurrando el mantra con voz suave para ayudar a la concentración. Lo bueno de este tipo de meditación es que, por lo general, nos cuesta menos concentrarnos con un mantra que solamente con la respiración. Debido a que un mantra es una palabra, y los pensamientos son usualmente percibidos como palabras, puede ser más fácil mantener el enfoque en un mantra que en la respiración. Es útil especialmente cuando la mente está compitiendo con muchos pensamientos, puesto que la meditación del mantra exige la atención constante.
Existen muchos tipos de meditación, así que si estás interesado en comenzar a practicarla, infórmate primero acerca de cuál es el que más te conviene y se adapta mejor a tus horarios, necesidades y forma de vida. Si logras ser constante con su práctica, pronto notarás los beneficios de esta técnica milenaria aplicados a tu vida cotidiana.