El Incienso en la cultura japonesa. Historia, tipos y utilidades. (I)

Hoy en día, el incienso es algo muy popular y casi cotidiano en nuestras vidas. Lo usamos para aromatizar nuestras casas, en las prácticas de yoga o meditación o, simplemente como elemento decorativo. Todo el mundo reconoce estas pequeñas barritas humeantes, pero casi nadie repara en su historia y en sus usos originales, así como en la importancia de su calidad o en sus materias primas. En este post, vamos a conocer un poco más acerca de su tradición, propiedades, tipos, además de los distintos usos que le da la tradición japonesa.

Japón es en la actualidad uno de los principales países productores de incienso, y sus variedades son las más apreciadas por la gran calidad de sus materias primas y la gran labor de investigación y tradición que llevan a cabo sus fabricantes, pero, ¿cuándo comienza esta historia?

Se piensa que el incienso llega a Japón cuando el budismo y los monjes budistas llegan por primera vez a este país procedentes de China. El incienso era, y aún sigue siendo, una parte importante del budismo, que lo utiliza en multitud de ceremonias, oraciones y ritos religiosos, con el fin de purificar el aire, creando un espacio más sagrado.

Una vez introducido por los monjes, la gente empezó a darse cuenta de que, además, era aromático y su olor proporcionaba sensación de tranquilidad y daba ambiente a las estancias, por lo que su uso comenzó a popularizarse fuera del ámbito religioso.

Ya en el siglo XIV, los guerreros samuráis usaban el incienso para perfumar sus cascos y armaduras, con la creencia de que ayudaría a producir un aire de invencibilidad, y para mediados del siglo XV, las clases medias y altas de Japón, lo usaban como símbolo de distinción y buen gusto en sus hogares.

A medida que el gusto por el incienso fue creciendo, se crearon grupos de personas, que, interesadas por apreciar y diferenciar sus distintas variedades, se reunían y ponían en común sus apreciaciones de los distintos elementos aromáticos y sus conocimientos acerca de cada materia prima. De estas reuniones nace la ceremonia de Koh-Do o “arte del incienso”. En japonés la palabra “koh” significa incienso.

Esta ceremonia, que se remonta al periodo Muromachi (336-1573), se sigue practicando hoy en día y consiste en dar a oler a los participantes distintas variedades de inciensos y ellos tratan de identificarlos y valorarlos; es algo parecido a una cata de vinos, pero para clasificar inciensos. Los participantes son profesionales capaces de distinguir entre cientos de aromas diferentes y apreciar los matices más sutiles de cada materia prima.

De aquellos primeros Koh-Do o ceremonias del incienso, datan las diez virtudes que los japoneses otorgaron al incienso, y que en la actualidad siguen vigentes:

  1. Trae la comunicación con lo trascendente
  2. Purifica la mente y el cuerpo
  3. Elimina impurezas del ambiente
  4. Mantiene la alerta
  5. Acompaña tu soledad
  6. Trae un momento de paz, en medio de la vida ocupada
  7. Nunca te cansas de usarlo
  8. Su eficacia perdura en el tiempo
  9. La edad no cambia su percepción
  10. Se puede usar todos los días, no hace daño

Actualmente, en Japón hay un gran uso y conocimiento del incienso, tanto en el ámbito religioso como en el popular. Los inciensos de calidad son muy apreciados y los productores se esfuerzan en conservar la tradición adaptándola a su producción moderna.

En próximos post trataremos las materias primas del incienso, sus variedades y usos más comunes, para realizar una visión completa de esta antigua tradición japonesa.